viernes, 8 de octubre de 2021

Una nueva religión en las redes sociales

Arturo Pérez Reverte, polémico en muchas ocasiones, que no se muerde la lengua, guste o no guste, no suele dejar impasible a muchos cuando es entrevistado. La visita al programa el Hormiguero, como suele suceder, ha dado muchos titulares, tanto a favor como en contra.

Podría comentar cada frase de la entrevista y ser un crítico más de la muchedumbre que le sigue, o persigue en buena parte de las ocasiones, pero ni quiero, ni me da la gana, sumarme a esa turba que analiza cada signo de puntuación de D. Arturo. Esas opiniones me las guardo para mí porque, sin pretender ser un petulante por lo dicho en la misma entrevista, «pa que».

Eso sí, quiero detenerme en una definición que he encontrado más que acertada, la que hace sobre lo que se mueve en las redes sociales, esa «nueva religión» que inunda las distintas plataformas digitales. 



Sin duda la nueva religión que manifiesta que se está imponiendo es, posiblemente, la mejor definición de la invasión que sufren las redes, y más allá.

Esa nueva religión cumple con todos los componentes:
  • Los templos, ya no son edificios como iglesias o imponentes catedrales, ahora son Facebook, Twitter, Instagram, etc...
  • Los clérigos podrían ser muchos influencers o community manager, sobre todo los que buscan la deformación ideológica difundiendo sus mandamientos.
  • Por supuesto están los pecados, extremos de nuevos movimientos sociales, y por tanto los pecadores, que serían los que se desvían del camino marcado. Difícilmente se perdona, casi es obligatorio separar al demonio de por vida, y en vez del purgatorio nace la "maldita hemeroteca" como castigo para la eternidad.
  • Como cualquier religión, el adoctrinamiento es su máxima, o estas con ellos o eres un hereje.

Y, como cualquier religión a lo largo de la historia, miles, incluso millones de seguidores, siguen fanáticamente las doctrinas, exaltándose cuando alguno se desvía o incluso pone en cuestión los mandamientos de esta nueva religión.

Es cierto que la "gente inocentemente analfabeta" es la mas sensible para acabar en "manos de esos fanáticos". Lo grave es que, al igual que la mayoría religiones, cuando los seguidores dejan de ser una multitud, y pasan a condicionar el conjunto de la sociedad, hasta los mas ilustrados se ven obligados a tener que asumir alguna de las doctrinas. Eso sin contar cuando la religión corrompe al poder para imponer por decreto sus mandamientos, o el poder se aprovecha de la misma para ganar adeptos.

El mundo sigue girando, la historia se sigue escribiendo, pero poco cambia respecto a la forma de manipular cada época, en muchos casos con dioses menos divinos, aunque a veces lo parezcan tal y como algunos los tratan hasta en los momentos más delicados, sigue siendo la base de los intentos de cambiar las sociedades.

miércoles, 28 de julio de 2021

Delitos de odio

Según dan a conocer los medios, los delitos de odio han aumentado el primer semestre de este 2021 un 9.3%. Eso los contabilizados, porque como pasa con muchas estadísticas hay una gran mayoría no contabilizados que engrosarían esa lista enormemente.

A nadie se le escapa que el odio nos rodea desde hace tiempo. En distintos comentarios, escritos y artículos que he redactado desde hace mas de un año, llevo denunciando que el odio es parte de la forma de ser, actuar e incluso pensar de distintos colectivos con el peligroso fin de convertirse en su día a día.

El odio ha llegado a ser el desayuno de demasiada gente que se levanta por la mañana buscando cualquier excusa para enaltecer su rabia ante cualquier mínima expresión de desacuerdo con sus ideas. Un punto o una coma fuera de lugar es suficiente para expresar su odio y, lo mas peligroso, que una mayoría afín al sentimiento de odio, por la razón que sea, se sume y siga construyendo a su alrededor una sociedad basada en ese odio.

Ya no solo es culpa de los extremismos, tanto políticos como de cualquier otro sentido, sino que se a convertido igualmente en una forma de rechazo a los esos radicalismos, alimentando cada vez más el aborrecedor sentimiento. Incluso llega a ser un signo de empoderamiento, casi como supremacía ante los que no se posicionan firmemente contra tal o cual causa, colectivo o incluso persona en particular.

No es raro ver a las aves de rapiña que se recorren las redes sociales solo en busca de cualquier escrito, comentario o simples like, para encontrar lo que sea para expresar su rencor, animadversión, fobia, inquina, y cualquier sinónimo de odio, que día a día, incluso con frecuencia menor, con el solo objetivo de continuar expandiendo su odio.

No es extraño ver aquellos que dicen no leer, oír o ver ciertos medios, o seguir a ciertos personajes, porque no son de su cuerda, pero luego se dedican a expresar su antipatía sobre los mismos. Evidentemente leen, oyen y ven, porque «necesitan» expresar su odio, ya se a convertido en parte de su vida, y se ven obligados a que el resto del mundo lo sepa.

Muchos pensarán «yo no soy de esos», incluso dirán que conocen a otros que si lo son. Pero la realidad es que hay más de los que parece, muchas veces por rechazo a lo que puedan conocer, aunque otras vayan cayendo en las redes de los cercanos.

Está claro que el corsé de lo políticamente correcto, del tener que ir con cuidado con cada punto, coma, expresión, imagen o lo que pueda identificarnos con tantos y tantos colectivos, que muchas veces se ofenden, o mejor dicho, se muestran ofendidos por ese odio que se busca al milímetro, acaba condicionando demasiado a toda una sociedad, que lejos del vive y deja vivir, del simple, aunque quizá arcaico, pero muy locuaz «tranqui tronco», se busca hasta debajo del último grano de arena para odiar lo que sea.

Está claro que siempre habrá algo que cada individuo desprecie, por la razón que sea. Pero en vez de evitarlo, cada vez se busca mas encontrarlo para expresar su rechazo mas contundente. Vamos que el odio ya no se cultiva poco a poco, sino que se fabrica en serie a precio irrisorio para que cualquiera pueda acceder a él.

Hasta las causas supuestamente mas inofensivas, solidarias o humanitarias, se rodean de halos de odio, de tal forma que nadie está a salvo de esa peste, porque ha acabado convirtiéndose en el arma para conseguir lo que sea. Odio por encima de todo, de tal forma que ese odio se convierta en escudo contra lo que no es aceptable por la causa que sea. Ya no hablemos que el odio es un negocio del que viven cada vez más gente, no solo como presión ideológica, sino también la de muchos lobbies, de mayor o menor calado, que lo usan con herramienta habitual para salirse con la suya.

Entre todo eso, está la gente corriente, la de la calle, que mayoritariamente solo quería vivir tranquilamente, con lo que pueda y como pueda, sin odios más allá de lo habitual, pero sin extremismos peligrosos. Gente corriente que cada vez más acaba en manos de los odiadores profesionales, sectas repugnantes que solo buscan enfrentar a unos con otros, acabando con esos “indecisos” que no saben que odiar, porque no lo necesitan…

En fin, sigan odiando, sigan destruyendo, aunque sean de esos del «yo no soy de esos», por suerte todas las sociedades han pasado página ante todo tipos de episodios de odios. Eso sí, antes de seguir odiando hay que pensar el los que siempre caen por ese depreciable sentimiento, nunca deseados y muchas veces inocentes.

No hay preguntas, porque el odio no merece ni interrogantes, solo el destierro de cualquier sociedad que se considere moderna, solidaria y en paz, lo difícil es encontrar esa sociedad cuando unos quieren pisar a los otros y los otros quieten pisar a los unos, sin permitir que nadie pueda no estar ni a un lado ni al otro.

miércoles, 14 de julio de 2021

Tóxico

Elementos tóxicos son aquellos que contienen veneno o producen envenenamiento.

Envenenamiento es la acción de envenenar, que puede ser tanto administrar veneno, como crear discordia o enemistad, ser causa de ellas, también corromper o causar daño moral.

Estas acepciones aparecen en el Diccionario de la RAE. Así que, ya sean personas, grupos de las mismas, asociaciones de cualquier tipo, también pueden ser tóxicas si se dedican a crear discordia o corromper.

Esto viene a una reciente conversación con un buen amigo. El sabe que hablo de él, al resto no le interesa, porque no se trata de personalizar, sino de explicar como la toxicidad es capaz de intentar emponzoñar todo lo que tocan, algo que no es nuevo, pero que actualmente demasiados lo están aceptando con demasiada facilidad.

Por suerte, muchos ya están vacunados, no solo contra la tremenda COVID-19, sino también contra otros elementos venenosos de carácter menos vírico, pero mucho más complicado de combatir. Algunas veces pueden producir alguna reacción adversa, pero el tiempo y la experiencia, suele hacer que el antídoto funcione efectivamente.

En esta conversación, se mostró la faceta humana, común a todos, que es el reconocer los errores. Sobre todo, al no ver la toxicidad en un primer momento, y que ahora esa ponzoña es difícil de limpiar, e incluso se envalentona ante el individuo que les dio su confianza.

A pesar de la toxicidad, otros muchos que no estaban vacunados, y sucumbieron ante el veneno, han encontrado también el antídoto y, aunque aún con síntomas, empiecen a mostrar mejoría. Es sabido que, ante cualquier elemento dañino, cuando muestra sus efectos perjudiciales, el remedio no siempre es inmediato y requiere un proceso para ir mostrando las mejorías.

En cuanto al tósigo, no ceja en su empeño de intoxicar todo lo que toca, con discursos populistas, que a primera vista arrastras a demasiados, y luego hace que otros se unan por el ‘qué dirán’, pero llenos engaños, falsas promesas, y que no dudan en saltarse todo tipo de procedimientos e incluso con amenazas, para llegar a sus fines. Objetivos que no admiten ni discusión, cual dictadorzuelos exigen, ni siquiera son capaces de pedir ‘por favor’, que sus postulados sean admitidos sin ningún tipo de margen de maniobra, marcando ellos los tiempos, aunque no tengan ni permisos ni potestad para ello. Invadiendo espacios ajenos, con todo tipo de artimañas, sin respetar la independencia de cada uno, ya sea individual o grupal.

Llegan a pasar por encima de cualquiera, con tretas muchas veces torticeras e incluso irrisorias. Pero como ya han hecho mucho daño, aun meten ese miedo que se tiene ante los virulentos efectos de cualquier toxina.

Por desgracia aun no se sabe si los antídotos acabaran eliminando estos elementos tóxicos. No se sabe si la toxicidad ha calado demasiado como para recuperar la cordura, y ya no hay espacio ni tiempo para arrinconar y aislar el veneno. Como cualquier plaga es necesario tiempo para ver los resultados.

Espero que no haya que lamentar males mayores, por el bien de los afectados, y sobre todo de los leoneses en general. Si puedo asegurar que, sea el resultado que sea, más lo lamentarán los tóxicos que los vacunados, aunque los vacunados acaben dejando de lado muchos años de trabajo y sufrimiento. Mejor es acabar disfrutando del tiempo, que sufriendo la maldad.

viernes, 2 de abril de 2021

Sobrepasar líneas rojas

Normalmente se habla de sobrepasar delgadas líneas rojas entre una postura u otras. Pero hay veces que las líneas no son tan delgadas, y lo de esta mañana ha sido una de esas.

Lo grave es que todo es fruto de un cumulo de despropósitos, que en un principio se consideraban graves, pero con el tiempo se han ido aceptando casi como una nueva normalidad política.

Insultos en las redes, escraches, acosos, incultos en los mismos parlamentos, incluso en el mismísimo Congresos de los Diputaos o en el Senado, acoso de políticos en mítines o simples paseos por la calle, pintadas en las sedes de los partidos y ahora llegan los atentados con artefactos explosivos ¿Qué será lo siguiente? ¿Cuándo parará está escalada de violencia?

Por desgracia no tiene visos de que se quiera poner freno, la política actual se basa cada vez más en atacar al contrario en vez de programas para convencer de las bondades propias, y los medios afines, por una u otra razón magnifican, cual diario sensacionalista, y se lo venden al público en general como la única forma de hacer política.

Esta mañana le ha tocado a los de un lado, pero como en ocasiones anteriores, puede acabar siendo otra “normalidad” y todos pueden ser tocados.

Por supuesto, todos han rechazado este ataque, como rechazaban los anteriores. Igualmente, se tiran piedras unos a otros como responsables de este clima de polarización y crispación. La realidad es que, si uno no quiere, dos no se pelean, y el tiempo ha demostrado que todos quieren pelea, porque han visto que es la estrategia mas rápida para rapiñar votos. El fanatismo y la polarización ha llegado a tal extremo que te posicionas o acabas aislado.

Repito, se ha sobrepasado una vez más una línea roja, demasiado gruesa, que de nuevo atenta contra la democracia y la libertad. Una gruesa línea que debería de ser incluso considerada como atentado terrorista. Pero entre la irresponsabilidad y la avaricia política, que lleva a la repugnancia cuando la pandemia se está llevando cientos de vidas diarias, y miles de contagiados semanales, unida al egoísmo de unos medios que, con todo el derecho a la información, deberían de tener el deber moral parar esta locura, tiene pocos visos de parar.

¿Acaso parará cuando la desgracia irremediable ya no permita mirar hacia atrás a alguien?

Me da igual el ámbito, el nivel, quien sea por un lado o por otro; todos son responsables de parar este ambiente de odio, sino llegará un momento que sea demasiado tarde.

sábado, 27 de febrero de 2021

El ímpetu de opinar sobre la actualidad desactualizada

Todos los días me surge la tentación de hablar sobre muchos temas de actualidad. Antes de ello me gusta leer todo tipo de noticias, informes, publicaciones, etc. Y acabo desestimando cada uno de los posibles artículos que quisiera escribir.

¿Por qué? Porque la actualidad tiene tantos puntos de vista, llega en muchos casos tan sesgada o polarizada, e incluso las mentiras son parte de la construcción de la misma en buena parte de ellos, que intentar dar una simple opinión acaba siendo otro ladrillo más a toda esa realidad construida artificialmente por esa información interesada, pero que no refleja casi nunca toda la veracidad deseada para evitar equivocaciones al intentar describirla. 

Ya sé, lo fácil es acabar hablando de las llamadas “fake news”, esas noticias falsas que ya son una parte más dentro de la actualidad. Pero no, no solo son las “fake news”, sino también otros intereses, muchas veces más perjudiciales para la opinión pública que esas “fake news”. Y por supuesto, tampoco se trata de acudir a las ideologías para apuntar al contrario de manipular por cualquier tipo de interés. Hoy en día, el arma más poderosa, por encima de todas las convencionales, es la información, y esa arma está al alcance de cualquiera, y por eso mismo la usan sin ningún tipo de escrúpulos. Nadie está a salvo del punto de mira de todo tipo de medios, hasta del más insignificante, y el que se crea a salvo es un iluso que no sabe en qué mundo vive. Hay miles de sistemas para engañar a la gente, y algunos tan sofisticados, e incluso caros, que acaban convirtiendo una mentira en algo que llega a mover masas. 

La mayoría de las veces, el ímpetu por rebatir cualquier noticia, muchas veces con el sensacionalismo justo para atraer al gran público, hace que los sentimientos jueguen malas pasadas y, tras un corto tiempo, uno se vea obligado a rectificar. Bueno, eso si se quiere rectificar, ya hemos visto que el fanatismo, aun a sabiendas del error, prefiere mantener la mentira que favorecer al perjudicado, eso es otra de las causas de la tergiversación de la realidad que se suma a tantas causas que impiden poder fiarse de cualquier párrafo que se lee en todo tipo de medios. 

Porque otra de las causas es el simple fanatismo, da igual como sea la noticia, lo importante es mostrar el desacuerdo, sin contrastar nada, solo mostrarse ante el mundo como alguien a favor o en contra de tal o cual noticia. Es decir, en este caso importa más posicionarse, que comprobar nada. Como he dicho en el párrafo anterior, en este caso muchas veces la rectificación, que no siempre llega, es habitualmente igual de sesgada que la noticia comentada. Otra suma más a la dificultad de encontrar esa realidad necesaria para evitar cualquier confusión. 

Incluso dejando pasar el tiempo, que una noticia de interés se asiente y teóricamente se vayan desmintiendo distintas publicaciones sobre la misma, he comprobado que ni el tiempo más razonable acaba mostrando la realidad completa y desinteresada. Aun así, ya se podría decir que es el momento de intentar publicar algo al respecto. Pero, claro ¿Qué interés tiene cualquier opinión sobre un tema demasiado anticuado y manido, del que ya está farto hasta el más afectado? 

Evidentemente, todo esto se agrava en un mundo conectado constantemente, donde la inmediatez es la norma y que dejar pasar un segundo es como si se perdiese el último tren. Con lo que esperar te deja fuera de juego, aunque por otra parte la impaciencia acaba dejándote al mismo nivel que todos esos que caen en la trampa de los ímpetus y las opiniones casi siempre marcadas más por la desesperación que por la razón. 

A todo esto, luego nos lleva que eso que está tan de moda, “la hemeroteca”, se haya convertido en arma arrojadiza, incluso pasados varios años, para poder acusar, desmentir, depreciar o rebatir casi todo. 

Así que ¿es mejor callar o, casi con seguridad, equivocarse? 

Si callas ¿otorgas?

Si te equivocas ¿rectificas? ¿dejas que pase el tiempo a ver si se olvida? 

Si rectificas ¿de que ha servido ese primer impulso? 

Es cierto que la verdad absoluta no existe, siempre tiene matices, pero en la mayoría de las ocasiones, y cada vez más, la verdad de la actualidad es tan matizable, que todo cambia en segundos sin que se sepa que es y que no.

lunes, 22 de febrero de 2021

Libertad de expresión, entre el 19 y el 29 de la DUDH

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
Artículo 19.

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Pero también:
Artículo 29.

2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
Por lo que la libertad de expresión termina cuando las libertades de los demás se ven menoscabadas. Una delgada línea que es tan sutil que puede llegar a que las legislaciones acaben condenando cualquier tipo de expresión que moleste al cualquier persona o colectivo sobre la faz de la Tierra.

Evidentemente abusar tanto del artículo 19, como del 29, es atentar directamente contra la DUDH. Y por la misma razón, esgrimir uno de ellos, obviando el otro, también es ir contra dicha Declaración.

Por otro lado, si revisamos la legislación de los países firmantes de dicha Declaración, encontramos, en muchos de ellos, leyes que limitan esa libertad de expresión. Es decir, para los que piensan que España es la única que condena por estos casos, solo han de revisar a lo largo del mundo que los países del llamado primer mundo, firmantes mayoritariamente de la DUDH,, también tienen leyes que limitan el artículo 19, aplicando el 29.

Pero, como he dicho antes, no hay que abusar de ninguno de los dos artículos, y mucho menos magnificar las condenas. Evidentemente el caso más reciente, y que ha saltado a la primera plana de la discusión sobre la libertad de expresión, como cúspide de una ley que es considerada abusiva hasta por la UE, lleva a repensar hasta donde se ha de llegar para evitar ciertas barbaridades en amparo de esa "libertad de expresión" mal considerada por lo que el artículo 29 explica.

Está claro que las penas al amparo del artículo 29 han de ser aplicadas con mesura. Evidentemente la privación de libertad es un castigo demasiado alto por los exabruptos de cualquier exaltado. No se puede equiparar la limitación de la libertad de expresión, con delitos mucho más graves que atentan directamente contra la seguridad ciudadana.

Si duda alguna, no se puede llegar a pretender judicializar cualquier ofensa. Es exagerada la cantidad de ofendidos que, por una coma, un punto, un artículo, un adjetivo, se ven con derecho a denunciar por lo que sea, sin importar la intencionalidad o no. Ya sea por mojigatería, o por coger ciertas partes con delicado papel, es igualmente abuso del artículo 29.

Sobre todo, que es lo más peligrosos y generalmente lo que inclina la balanza en muchos casos, remarcar que es derecho y que no, que se ampara bajo el 19 y que se limita por el 29, dependiendo de la ideología de cada uno. Las contrariedades muchas veces están tan ligadas a las ideologías como a los intereses de cualquier tipo.

Por supuesto, tampoco se puede dejar sin castigo, cuando se llega a los límites de incitación de odio individual o colectivo. Insisto en que nunca la privación de libertad, pero si otras sanciones, siempre adecuadas y medidas a la intensidad. E insisto, siempre que no atente directamente, subrayo y remarco de nuevo lo de directamente, contra la seguridad ciudadana.

Aunque también hay otros métodos. El primero, el más sencillo es... si no te gusta, pasa de él. También hemos visto como en algunos casos, medios de comunicación o redes sociales, han bloqueado todo tipo de personajes por el mero hecho de insistir en discursos desagradable. Lo que se llama el aislamiento social. Por supuesto, todo esto depende siempre de cada individuo y de cada medio. Nadie es totalmente aislado, pero tampoco es agradable verse apartado a la fuerza.

Desgraciadamente, ya sea por sensacionalismo, por el derecho a la información o por otras causas, en el caso reciente que ha encendido la llama en España, lejos de silenciar, se le ha dado tanta publicidad que, de ser desconocidas por la gran mayoría, ha pasado a ser de dominio público buena parte de las frases, temas y letras del que se ha convertido más en mártir que en simple olvidado.

Eso sin olvidar que algunos necesitan buscar insistentemente lo que pueda ser considerado ofensa, y difundirlo esperando que otros se unas a su ofensa. El masoquismo como modo de vida...

Por supuesto, tampoco hay que dejar de lado las razones para las que se llega a estas situaciones. La crisis, el desánimo, la falta de oportunidades, las desigualdades, la corrupción, el paro, y un largo etcétera, han de pesar sobre aquellos que se consideran ofendidos, ya que son en muchos casos los causantes de estas situaciones. Por lo que una condena, sea dura o blanda, no ha de ser el fin del proceso, sino que se tienen que tomar las medidas correctoras para evitar que proliferen más situaciones de este tipo.

Al hilo de esto, por supuesto es inadmisible que, para exigir la derogación de una ley desproporcionada, se acuda a la violencia. En ningún caso la violencia está justificada, y en estas situaciones si están justificadas las sanciones ejemplarizantes que contempla la ley. Eso sí, el derecho a manifestación pacífica es inviolable.

Así que entre el 19 y el 29 ¿Quién pone los límites en cada caso? ¿Cómo se puede regular que no cambien según el poder se tuerza hacia un lado o hacia otro?
Está claro que cada individuo tiene su punto de vista, y el nivel de defensa de su dignidad o la capacidad para ofenderse en particular de cada uno. Lo que hay que conseguir es que no seamos tan delicados y dejemos de saltar a la primera de cambio, y sobre todo lo insistamos en seguir como perros de presa a los que buscan ofender, es mejor dejarlos de lado seguro ganáis mas despertando sin sobresaltos que volviendo al fango en el que os quieren meter.

domingo, 6 de diciembre de 2020

El escandalo de los mensaje de odio, un paso más del frentismo político y social.

Muchos se han escandalizado por ciertas conversaciones de un grupo de whatsapp en el que se llamaba a acabar con millones de españoles para preservar no sé qué valores. Esto no es nuevo, ya son demasiados años con muchos hilos llamando a la violencia, a quitar de en medio a los que molestan por tal o cual razón. E igualmente, ni es nuevo ni es exclusivo de unos u otros. Y tampoco evita que, dependiendo de que lado salga el mensaje, unos lo rechacen poniéndose como dianas, y los otros las lleguen a justificar, siempre con matices, esos mensajes. Rara es la ocasión en que todos los condenen sin excusas.

Con la actual crispación en la política, de la que buena parte de la sociedad se ha contagiado, estos mensajes de odio, cada vez mas extremo, no deberían extrañar a nadie, son el cultivo que unos y otros han conseguido que florezca. Porque la repugnante forma de hacer “política” en la que el insulto es ya demasiado habitual, la falacia se convierte en norma, y el desprecio en costumbre ¿Qué se puede esperar, si a todo eso se suman, tanto viejos extremismos, como nuevas tendencias agitadoras?

Y además tenemos unas redes sociales en las que algunos se sienten impunes, ya sea en muchos casos por el supuesto anonimato o en otros por la facilidad de compartir sin dar la cara, tenemos estos mensajes de odio, que son el siguiente escalafón del frentismo político y social. Se exige que las redes sociales censuren y borren estos mensajes, algo que con con sus luces y sus sombras, mas o menos van cumpliendo en muchos casos, pero es imposible llegar a todos, y además se enfrenta a la ética de cada uno y de cada parte del mundo en estos casos. Aún así esto sigue sin evitar grave y palpable problema.

Así que eso de asombrarse por estos mensajes es otra parte más del actual ambiente político de odio y fanatismo. En el cada uno salta según sea el mensaje y de quien venga, mientras el otro lo justifica, con sus matices, culpando siempre al contrario.

¿Cómo acabar con esto? Lo fácil sería legislar para condenar estos mensajes, como se ha hecho con ciertos artistas por sus letras insolentes o molestas para algunos. Algo que evidentemente no es solución, porque ya se ha demostrado que las condenas a los artistas, son un evidente atentado contra la libertad de expresión, y también porque por mucho que se condene, no acaban con los odios y frentismos extremos. 

Otra postura sería llegar a un pacto de estado, en el que todos, o por lo menos una notable mayoría de los partidos, en la que por lo menos todos los mayoritarios acordasen bajar los humos y empezar a debatir y hacer oposición sin insultos ni odios. Pero claro ¿Cómo llegar a ese pacto cuando es estrategia de partido y por desgracia también electoralista mantener la presión a base de insultos, desprecios y odios? Es necesario que todos, o esa notable mayoría, se presentasen de nuevo ante la sociedad con esas nuevas medidas, aislando a quienes no las acepten, y creando una nueva era de política de respeto por encima de las ideologías.

Por desgracia, a pesar de todo, no parece ser que nadie se quiera apuntar al carro del respeto mutuo, sin necesidad de imposiciones ni otras zarandajas ¿Acaso tendrá que suceder alguna desgracia para que se ponga la primera piedra?

sábado, 28 de noviembre de 2020

Presupuestos generales del estado a subasta

Todo apunta a que los presupuestos generales del estado se aprobarán por mayoría absoluta.

Ahora ¿de verdad se vota para que se aprueben esos presupuestos o se trata de un nuevo episodio de tiras y afloja en los que importa más el inmovilismo de unos y las contrapartidas para otros?

Tenemos esa figura que se hace llamar enmienda a la totalidad, que rechaza completamente todo los PGE. No cabe en ninguna cabeza que, de toda la extensión de los presupuestos, no haya ni un punto que pueda ser aceptable para unos y otros. Por lo que esas enmiendas a la totalidad no son mas que posturas de bloqueo que poco tienen que ver con los presupuestos en sí, y mucho con revanchismos, electoralismos, partidismos, odios, fanatismos, etcétera…

Esta figura de las enmiendas a la totalidad, que son usadas desde hace tiempo, generalmente cuando se está en la oposición, con el solo objetivo de distanciarse del contrario, y que luego demuestra que solo es una rabieta, porque cuando cambian las tornas en numerosas ocasiones aparecen los mismos argumentos a favor que en su momento fueron objetos de esas enmiendas.

Luego está el votar dependiendo "quien" está, sin importar "que" se vota.

Y no me refiero a la polémica de si está o no EH Bildu, es una postura que requeriría otro análisis, y que poco tiene que ver con los PGE, y más con otras posturas, de todo tipo, y con muchos matices que no siempre son lo que parecen y no siempre lo que deben.

El "quien" en vez del "que", es esa postura en la que no se quiere en la foto a unos u otros, y solo se dará el visto bueno si se aparta a los unos o a los otros. De nuevo, poco tiene que ver el texto de los PGE, sino que se busca aislar a los contrarios, no permitiendo ni el debate, ni las propuestas que pudieran aportar. Y de nuevo entra en juego todos esos "pecados políticos", que poco tiene de política y mucho de egoísmo.

Pero se llega hasta tal punto, que si alguien quiere de verdad debatir y negociar, por esa misma polarización del resto, acaba siendo encuadrado e incluso siendo una tercera pata de esa polarización cada vez mas extrema.

Y para finalizar están los cambios de cromos. Tu me das esto y yo te doy lo otro, en la entran en juego el chantaje y la extorsión en su máximo exponente. Y de nuevo, poco tiene que ver el texto de los PGE, y mucho lo que se cede, se ofrece, se regala, por parte de uno u otros, para votar a favor o en contra.

Con todo esto tenemos de nuevo, que poco importa el interés general y nos encontramos con la vergonzosa imagen de una votación en la que sobre todo se juegan los egos, siendo los PGE solo otra excusa más para posicionarse en una parilla que solo fija su vista en los votos o apoyos que se puedan perder o ganar, incluso cuando aún falten años para que acaben siendo efectivos. Vamos, una campaña electoralista eterna, en la que los egoísmos y odios, los revanchismos y fanatismos, siguen desplazando a los intereses generales.

No es nada nuevo, ni exclusivo, sucede desde hace mucho tiempo en muchos sitios, aunque en ocasiones donde la polarización es mas evidente, la imagen que se muestra es aún mas despreciable y vergonzosa.

Lo fácil es la respuesta típica para justificar este desastre: que "si no me representan", que si "todos los políticos son iguales", que si unos son tal y otros cual... y al final, se sigue agrandando esa brecha, porque al igual que lo que se ve en las altas cámaras, los "pecados políticos" no son exclusivos de los políticos, y las rabietas mucho menos.

Analizar los presupuestos, leer todo el texto, ver que es cada cosa y donde se puede mejorar o que empeora, las distintas partidas y hacia donde van o las que no llegan, eso se deja para otro momento.
Los que tiene que aprobar o no ya vemos cual es su postura, luego llegará que se aprobará, previsiblemente, o no y se seguirá con los anteriores, pero poco transciende que y como, y se sigue con el quien y contra quien.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Nueva Ley de educación con fecha de caducidad


Nuevo gobierno, nueva ley de educación; LOECE, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE, LOMCE y ahora LOMLOE, todas leyes con fecha de caducidad y corto recorrido, que dependen de la duración del gobierno en curso. O lo que es lo mismo, la constatación del fracaso del sistema educativo ligado a los caprichos políticos.

Ya la redacción del artículo 27 de la Constitución, referente a la libertad de enseñanza, fue el más tardío en consolidarse, porque nadie quería dejar en el tintero que las futuras generaciones se inclinasen a un lado u otro.

Una Constitución que se pone como excusa para atacar cada nueva Ley de educación, y que al final todas han demostrados que son ampliamente amparadas por la Constitución. Hasta la aprobada recientemente, cumple escrupulosamente con la carta magna, aunque la propaganda partidista, como ha sucedido en ocasiones anteriores con los gobiernos de todos los colores, se empeñe en acusar de todo tipo de despropósitos. En este aspecto, invito a que se lea integro el texto de la nueva Ley, y no se fíen de los mensajes cargados de revanchismo, fanatismo y odio.

A pesar de todo el sistema educativo gira como una veleta sin saber hacia donde caminar. Un fracaso evidente de la verdadera función de la formación y educación que requiere el futuro de cualquier país. Poco importa cómo tiene estructurarse el sistema educativo, que debería de ser el objetivo de las leyes educativas, sino que se pone en el centro del debate en el que hay que estudiar.

Cada Ley acaba siendo un dolor de cabeza para los educadores y lo alumnos, además de los padres o tutores, que no pueden seguir una línea educativa, cambiando continuamente según quien gobierne, siendo trabas continuas para una formación sosegada y continua.

A todo esto, se suma que, a la ley del gobierno central, se unen las de los gobiernos autonómicos, igual de cambiantes, siempre centrados igualmente en el “que” en vez de en el “cómo”, según el color de cada gobierno. Incluso algunos con aspectos contrarios entre ambas.

Por mucho que en todas las ocasiones de hablen de inconstitucionalidades, las leyes son ampliamente amparadas por la constitución. Hasta la aprobada recientemente, cumple escrupulosamente con la carta magna, aunque la propaganda partidista, como ha sucedido en ocasiones anteriores con los gobiernos de todos los colores, se empeñe en acusar de todo tipo de despropósitos. En este aspecto, invito a que se lea integro el texto, y no se fíen de los mensajes cargados de revanchismo, fanatismo y odio.

Aun así, siendo constitucionales y legales, no sirven para afianzar un sistema educativo de calidad, sino para poner o quitar puntos y artículos, ya sea para adecuarlos a la ideología del momento, o como acuerdo para otras contrapartidas. En ningún momento como proceso de construcción de una formación moderna y adaptada para un futuro de éxito.

Se podría dejar en manos de los educadores la redacción de este tipo de leyes, sería lo más sensato, sino fuese porque en la educación también hay élites interesadas y polarizadas que acabarían haciendo lo mismo que los distintos gobiernos.

¿Entonces, qué hacer?

Difícil encontrar una solución cuando la polarización social genera brechas tan amplias que no se mira el que, sino el quien. Se busca mas el provecho político, que el educativo.

Aún así, nada es imposible, muchos otros sistemas educativos de distintos países han tenido sus baches, y ahora son reconocidos como los mejores del mundo. No es cuestión de copiar, porque cada sociedad tiene sus peculiaridades, y lo que sirve en una punta del mundo no se puede hacer en la otra, pero por lo menos tomar nota de esos éxitos y adaptarlos a nuestro sistema.

Por supuesto hay que ir desligando el cambio de color del gobierno de este proceso de creación de un sistema educativo de calidad y estable. Desligar, no quiere decir que no deba opinar ni legislar o vigilar, pero siempre centrándose en el “como”, dejando el “que” a los educadores.

Sea como sea, lo primero es acabar con la polarización política y social, que cada vez divide más y su único objetivo es llevar la contraria al otro, destruyendo todo visión de futuro estable.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Referencia centralista, hurto a las periferias

Ni lo mas básico sirve para que el centralismo de este engendro autonómico siga aumentando la presión.
Parece ser que ahora hay un hospital que le dan categoría "de referencia" en Valladolid, que se ha elegido para poder atraer todo lo que quiera del resto de está exageradamente extensa autonomía. No solo material e inversiones, sino también personal de otros hospitales, además de pacientes. Algunos lo ha llamado, con bastante acierto, Ayusadas. Pero es que ni eso, porque las Ayusadas se hacen en un territorio donde las distancias son mas o menos asumibles, mientras que esta autonomía, mas grande que muchos piases de Europa y con enormes distancias, además de una orografía complicada en muchos casos, no puede permitirse este centralismo desmedido.
Y, por supuesto, los lacayos del gobierno autonómico, sean de donde sean, pero peor cuando son de las provincias esquilmadas, justifican este repugnante centralismo. Porque, claro, sobre todo hay que calentar el puestín y mantener el plan centralista, pase lo que pase, pese a quien pese, no vaya a ser que alguno deje de pisar moqueta por salirse del camino marcado.
Llegan hasta a justificar que los pacientes del restos de provincias acaben en el hospital "de referencia" pucelano. NI algo tan sensible como poder tener cerca a familiares y amigos, que por muy aislados que estén, siempre es un apoyo moral importante, ablanda a tanto egoísta.
Eso si, mientras el hospital "de referencia" engorda, otros hospitales cierran plantas o unidades de cualquier tipo, dejando cada vez más de poder atender muchas patologías. Eso sin olvidar los cierres de muchos consultorios rurales. Es decir, primero cierran los pueblos, y el siguiente paso será cerrar ciudades cuyo nombre no empiece por "Valla" y termine por "dolid"
Es la puntilla que está sobre la cabeza de muchos territorios dentro de este engendro autonómico, y que no puede quedar sin respuesta. Hay que decir bien claro a los traidores que ahora solo calientan sillones justificando el centralismo, que no hace falta que sigan haciendo eso que llaman "Comunidad", primero, porque desde hace mucho tiempo que esta "Comunidad" ha demostrado su fracaso, y segundo porque hacer "Comunidad" sería repartir equitativamente los recursos por todo el territorio autonómico, no centralizar cada vez mas.
Al paso que vamos.., ¡Atención, leoneses! Agarraos a las piedras de la Catedral, San Isidoro o las murallas, que dentro de poco también querrán centralizarlos en Pucela.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Los que no gobiernan no quieren que el gobierno gobierne

Resulta que ahora algunos no quieren que el gobierno gestione los fondos europeos.
O lo que el lo mismo, los que no gobiernan no quieren que el gobierno gobierne, porque no se fían del reparto de esos fondos.
Curioso que lo digan quienes han estado repartiendo fondos europeos a capricho, incluso sin que lleguen a su destino, como por ejemplo los fondos Miner, que poco han hecho por las comarcas mineras, engordando en muchas ocasiones las arcas autonómicas o de las diputaciones para destinarlas a otras obras.

O como se suele decir "cree el ladrón que todos son de su condición"
Gustará o no, pero si se empieza a quitar al gobierno la potestad de gobernar, el caos es inminente.
Pero más aún, si el gobierno central ha de dejar de gobernar, el resto de gobiernos no pueden ser menos, y por lo tanto no deberían tocar ni un solo céntimo, sino que todo su presupuesto sea gestionado por organismos igualmente independientes.
Ahora ¿Qué se denomina organismo independiente? Es evidente que eso de independiente solo será si es al gusto de unos, en cuento se salgan de la vía marcada, se volverá a exigir otro organismo aún "más independiente", hasta un infinito revanchista, con tal de no permitir que el gobierno gobierne, mientras el gobierno no sea el suyo. Y sobre todo, porque eso de organismo, suena a gestora privada o por el estilo, que poco le importa lo que pase mientras cobren por ello.
Con la polémica de las elecciones de EEUU, en las que el saliente no acepta los resultados democráticos, tachando de ilegales millones de votos. Lo que se plantea en España no difiere mucho de esa situación.
Aún con una imperfecta democracia, seguir atacando lo poco que hay, está dando paso a cambiar uno de esos términos, y no es precisamente el "imperfecta".
El gobierno tiene que gobernar, con todas las consecuencias. Por supuesto con el control del resto, pero nunca despojando y enviando a otras manos, seguramente no elegidas por la mayoría, las obligaciones del gobierno.
En fin, los odios, fanatismos, partidismos, populismos y demás revanchismos siguen con sus ocurrencias... paralizando todo, más de lo que aun está.
Por desgracia, las únicas respuestas son las de siempre, que malos son unos, que buenos son otros, que todo es una mierda, que si los fachas tal, o los rojos cual... la polarización que ni hace, ni deja hacer, tanto por unos como por otros, porque ni los unos aceptan a los otros, ni los otros a los unos. Lo de convivir y respetar lo dejamos para.... vete tu a saber cuando