miércoles, 10 de junio de 2015

Contra corriente

El actual ministerio de Industria y Energía, encabezado por el Ministro Soria, cada vez muestra más su interés por favorecer a ciertas empresas energéticas, yendo contra la corriente de los países desarrollados en favor de los nuevos métodos de generación o almacenamiento eléctrico.

La famosa puerta giratoria sin duda es la que el Ministro espera tras finalizar su mandato. No puede ser mas claro y evidente, cuando España se descuelga del mundo y se empeña en seguir con la especulación, y la corrupción, como gran motor energético.

Grandes empresas eléctricas, y consorcios de especulación, son los que ponen las normas para evitar, no solo el fomento de nuevas fuentes de energía limpias, sino también contra el uso de combustibles autóctonos, en favor de la especulación con otros foráneos.

Pero lo más grave, que atenta directamente contra la libertad personal, incluso contra cualquier derecho ciudadano, y posiblemente contra la propia Constitución Española, es la prohibición o la sanción con impuestos desmesurados, del auto-consumo energético. Llegar hasta este punto demuestra claramente que los intereses del Ministro, su equipo de trabajo, y posiblemente todo el gobierno actual, están hipotecados por los lobbies energéticos. A todas luces llegando a rozar varios delitos. Además de poner a esa España de la que tanto se les llena la boca, a la cola mundial en la modernización y ahorro energético.

Y peor aún, con este claro chantaje de las eléctricas, aún no hay voces claras de denuncia ante los tribunales por lo que a todas luces varios delitos penden sobre las cabezas de los responsables del ministerio. Claramente el poder hacer las leyes a medida impide que sean acusados por dichos delitos. Eso sin contar con que la mayoría de los partidos están más preocupados por rapiñar votos que por hacer política de verdad. Y a saber si los intereses de los actuales, no distan mucho de los que puedan llegar.

Seguimos en la época feudal sin que nadie quiera salir de ella, ni siquiera el roce con los países vecinos es capaz de hacer avanzar a esto que llamamos España.

¿Porque el autoconsumo de droga si está permitido, pero el energético se grava con multas?
¿Porque incluso con mayoría absoluta, el gobierno sigue siendo una panda de cobardes y traidores que se pliegan a las condiciones de los grandes grupos económicos?
Y la gran pregunta, si se blinda ese frente anti-autoconsumo energético ¿será posible que nuevos gobiernos puedan romper ese blindaje sin sanción o sin coste a la ciudadanía?

En fin, a pesar de todas las señales y castigos, la corrupción sigue siendo la sombra alargada que oscurece cada acto del actual gobierno. O no aprenden, o no les interesa aprender porque ya tienen su puerta giratoria preparada.

La colonización del FMI

El FMI, de la mano de las grandes empresas y bancos disponen, el gobierno acata, calla y espera su recompensa. Todos implicados en casos de corrupción, con presuntos, o quizá no tan presuntos delincuentes, en sus filas, pero al final decidiendo el futuro del pueblo. Porque al conseguido que el pueblo sea sumiso o muera. Y ante la condición humana de resistirse a morir, acaban venciendo quienes esclavizan a unos ciudadanos que sufren, pero no se rinden. 

Y porque no se rinden y se les tiene miedo, se siguen apretando las clavijas a los ciudadanos, no vaya a ser que se revelen. Y ante los visos de que en España puedan haber cambios, toca seguir esclavizando a todos los ciudadanos de a pie, para que cada vez tengan menos posibilidades, no solo de revelerse, sino de vivir dignamente y de reclamar cualquier derecho.

Y esto no es nuevo, durante siglos se han visto casos similares. No solo en las escenas mas negras de la historia, aunque siendo ejemplo evidente de similitud, otras épocas no se alejan mucho. Como en cualquier colonización, el invasor pone sus normas y el invadido las acata so penas de todo tipo, incluso de muerte. Y esto es lo que el FMI y sus socios y compinches, lobbies de cualquier sector económico, están haciendo, colonizar los países más débiles e imponer sus leyes. Todo con la complacencia de gobernantes cobardes y traidores que prefieren no sufrir las consecuencias de las iras del invasor antes que dar de comer a su pueblo.

Pero al final los grandes pueblos han sabido deshacerse de sus invasores, o sino perecer en el intento ¿cual será el destino de esto que llamamos España? Solo el futuro lo dirá, porque promesas siempre se han hecho a la hora de pretender salvar a la ciudadanía, pero los hechos nunca llegan. Y la época de los Mesias ya ha pasado, así que los milagros no sirven.....

viernes, 5 de junio de 2015

Tras las elecciones (II)

Como no podía ser menos, después de la primera parte, viene la segunda.
En la primera ya hablé de lo mucho que le queda a la democracia española para llegar a los niveles de dignidad que merece la política en sí.

En esta, como es lo que más me duele por la cercanía, toca hablar de esos mismos males, pero enmarcados en mi querida tierra leonesa. Esa que fue Reino precursor de grandes logros que han quedado reflejados en la historia. También es la que con más delicadeza quisiera tratar, porque comparto con muchos amigos sentimientos hacia esta tierra que no se merecen lo que está sucediendo. Pero cuando las cosas se ponen tan feas, a veces hay que dejar esa delicadeza de lado y decir las cosas en crudo, sin florituras, para que se puedan corregir, o en su defecto reencaminar hacia donde se considere oportuno.

Por desgracia, y como ya he comentado, nada se diferencia la forma de hacer política aquí, con la del resto del estado español. Con la salvedad que la de aquí se hace más mirando que puestín ocupar allende las fronteras leonesas que aquí.

Sea como sea, los reproches, el revanchismo, los odios y los miedos, son los mismos, y los programas….. no hay programas.

Por una parte, no se reacciona, aunque sea con otras opciones distintas a las formulas ligadas al leonesismo, ante la masacre sufrida en todos los campos. Al final, se siguen las mismas líneas que en cualquier sitio, sin programas, sin hojas de ruta, solo con palabrería, y con el “y tú más”. La sociedad leonesa repite una y otra vez el mismo guión, incluso, los datos así lo demuestran, los dos tercios del sur, sin ninguna alternativa años tras año y nada diferente a la media autonómica, siendo solo el tercio norte el que alguna vez da algún susto que otro. Pero solo eso, un pequeño susto, que como no define en ningún momento que color elegir, quizá sea una de las causas de ciertos castigos incomprensibles que nunca han cesado. Ciertamente las comarcas castigadas con más dureza, por la burla de una administración que ha acabado de raiz con la poca posibilidad de mantener algún recurso energético autóctono, y ha preferido especular con mineral extranjero, han sido las que han promovido de nuevo un vuelco electoral en el tercio norte, aunque no precisamente en favor de un cambio radical, sino más bien como castigo electoral y poco más. Porque con partidos sin programa, o se castiga o se continúa, pero no se encuentra vía de alivio y de futuro.

No puede dejar de lado lo sucedido en estos últimos comicios en la comarca del Bierzo. Conseguir que en una comarca se mueva más voto local que en cualquier parte del resto de las tierras leonesas, con un resultado que se puede considerar espectacular, merece una mención especial. Y eso sin llegar a los extremismos de antiguas formaciones bercianistas, aunque también bajo el mismo paraguas de los defectos generales de todos los partidos, y teniendo en cuenta que se trata de una colación de partidos y llena de viejos candidatos de otras formaciones bastante distantes que han tenido sus más y sus menos. Por lo que lo que ahora hay, nunca se sabe si seguirá siendo o no, ni como acabará. Solo el tiempo lo dirá. Aunque este resultado quizá no esté tan alejado de lo que sucede en el resto del País Leonés, no por lo abultado, sino por lo localizado

Y es ahora cuando va la parte más dura, que quizá nadie quiera aceptar, incluso algunos pretendan negar, o su primer impulso sea el insulto, desprecio y otras bajezas. Me da igual…. los datos son los que son y como han sido desde hace muuucho tiempo, y o se ponen las cartas sobre la mesa, sin tapujos, o no se sale nunca de esta situación.

En el plano electoral, de nuevo se vuelve a constatar que eso del leonesismo político, eso del partido que represente a los leoneses de todo el País Leonés, no existe. Ninguno acaba convenciendo, ni siquiera el que dicen representa a todo el territorio, no hace falta dar siglas que algunos las cacarean mucho, pero luego no lo reflejan en las urnas. Y las cifras lo demuestran, en las dos terceras partes del País Leonés se pasa y se ha pasado siempre del leonesismo político. Y el que no se lo crea, que se documente, porque las cifras están para consultarlas, si se quiere.

En cuanto a la otra tercera parte… quizá no sea tan diferente a las otras dos. Y vuelvo a los datos, simples números que dejan las cosas como son. Sea como sea, cada tercio del País Leonés mira para sus propios intereses. Algunos lo llaman provincialismo, que se suele achacar a tercio superior, pero los datos demuestran que cada uno tiene lo suyo si o si. Y en los últimos años, incluso con lo sucedido hace pocos días, esa opción política aumenta en los dos tercios del sur. Algo contrario, quizá por otras circunstancias, sucede en el del norte. Incluso si la progresión sigue la tendencia actual, se podría dar la paradoja que el representante en la Junta autonómica que ha salido por los pelos en estos últimos comicios, desaparezca en favor de opciones de otras provincias.

El corazón quizá se empeñe en negarlo, incluso otros sentimientos que pueden ir desde los deseos más profundos hasta la hipocresía más tozuda, lo cierto es que así lleva pasando desde hace tres décadas y así ha sucedido hace pocos días.

Por desgracia, estos hechos que muestran los números no son más que el reflejo de otras realidades, que muchos negarán, ocultarán, manipularán, e incluso lucharán contra ellas. Pero la realidad es tozuda, y se sigue mostrando tal y como es.

Y ante este, no se como llamarlo, abandono, desprecio o quizá simple rebeldía contra posiciones políticas que se encierran en sus bolas de cristal y solo salen cuando quieren rapiñar votos. Lo cierto es que ante la no novedad durante más de tres décadas, quizá se este viviendo una mentira disfrazada de deseo, pero que nunca ha tenido un camino ni de entrada ni de salida.
Por supuesto no me refiero a aceptar la actual situación, pero si reflexionar sobre que, quien, como, porque. Los datos están sobre la mesa, no son, ni nuevos, ni sorpresa.

Ya se, ya se, con todo esto ya están calentando motores los que se dedican a acusar a unos de los males de otros, quizá porque no tienen, o no saben más que hacer, pero si no lo demuestran, ni lo han demostrado durante varias décadas, a ver donde se meten sus excusas para justificar la actual situación.

No dudo que no haya gente que quiere luchar por lo suyo, pero sobre todo, y me vuelvo a remitir a los datos, por su patria mucho mas chica de la que algunas veces se vocea, esta es la realidad.

Aparte de todo esto, y como ya comenté en la primera parte, por mucho que se quiere llegar a ese trocín pequeño, se continúa a base de falta de programa y con fórmulas caducas. Buscando siempre mínimos para justificar un puestín.

¿Cual es la solución ante este puzzle diseminado en el que cada uno va a la suya? Algunos claman por la unidad del leonesismo político. Si durante tres décadas se ha pasado del leonesismo político, incluso cuando solo había una opción, o como mucho dos ¿a que viene hacer experimentos ahora?

NO, la respuesta es NO, demasiado falla desde el principio, y seguir jugando al leonesismo de fachada, el de pretender ser más que el otro, el de dedicarse a acusar con el dedo al que se salga del guión estricto que algunos pretenden marcar en granito, pero luego a la hora de la verdad, nunca, y repito, nunca, se ha mostrado interés con ninguna opción por que alguien represente lo más mínimo al conjunto, o en su mayor parte, del País Leonés, deja claro que nada de lo que ha habido y hay actualmente sirve para nada, ni unido ni separado.

Y podría decir más aún, incluso a costa de que se me tache de traidor, u otros males, el leonesismo social, tampoco existe tal y como se quiere mostrar. Porque preste o no, todo lo que sucede por un lado es reflejo de lo que pasa en el otro. Y lo digo así de claro, y libremente, sin ataduras y sin la estupidez de pretender ser politicamente o leonesistamente correcto, porque creo que si de una vez no se dejan las cosas claras y se ponen sobre la mesa todas las cartas, no se podrá salir de este desastre que nadie quiere, pero que tampoco nadie ha evitado. Y sigo remitiéndome a los números, a los datos y a la realidad.

Desde aquí invito a que con datos, con números, con lo que quieran ponerme delante, demuestren lo contrario. Aseguro que no podrán.

Y lo mismo que aseguro que no se puede rebatir lo irrebatible. Creo que nada es irreversible o que se no pueda cambiar, aunque antes, y me remito otra vez a la primera parte de este análisis electoral, hay que hacer muuuchos deberes, algo que igualmente nadie quiere hacer.

Y hasta aquí he llegado, con mucho aún en el tintero, pero ya no se si con ganas de sacarlo.
Como dije antes, estoy seguro que muchos estarán cargando sus más bajos instintos para soltar las estupideces de siempre. Simplemente me da igual, no cuento más que la simple realidad, y el que quiera vivir en mundos de Yupi allá el.

miércoles, 3 de junio de 2015

Tras las elecciones (I)



Lanzarse a hacer un análisis electoral el día siguiente a las elecciones solo sirve para sacar datos concretos, pero nunca con un estudio pormenorizado de lo sucedido y sus consecuencias.

Tras varios días de lecturas de artículos de todos tipo, de comentarios en redes sociales, de charlas y cambios de impresiones, considero que ya puedo ir haciéndome una idea del panorama más o menos cercano al tiempo que se prepara. Además de tener más datos para poder comentar el salto de electos a elegidos o destronados.

Sin duda alguna se presenta un futuro incierto, que puede acabar con dos escenarios posibles, o la rendición ante el sistema, o el principio de un cambio hacia una estructura gubernamental y democrática.

Es difícil augurar cual triunfará, porque a pesar de lo que pueda parecer, no todo a sido tan nuevo y revolucionario como se podría haber esperado.

Sea como sea, la política española en general sigue anclada en el revanchismo, yen muchos casos el odio, incluso extremo en algunos casos.
Aunque se pretenda demostrar otras cosas, buena parte del voto emitido está basado en ese revanchismo, odio y antipatía, y no tanto en afinidad. Eso sin contar que el programa de los partidos acaba siendo parte de ese mapa de desprecio al resto.

Y con este panorama se vuelve a demostrar que la democracia española aún está a años luz de otras modernas democracias europeas que trabajan sobre programas y hojas de ruta bien estudiadas. Que lejos de despreciar a la democracia y usarla como mero instrumento de poder, la alaban como herramienta de decisión y elección de acciones y actos, no como arma para destronar y destruir al contrario.

Pero claro, cuando lo último que importa son los programas, porque ya hemos visto que son solo papel mojado para llegar al poder, ya sea por las mentiras interesadas, o usado como altavoz de mensajes ñoños que calan entre la ciudadanía sin tener ninguna seguridad de poder llevarlos a cabo; al final nos encontramos de nuevo en una democracia vacía, que acabará de nuevo en un nuevo escenario de odios y revanchismos, que siempre serán pagados por una u otra parte de la sociedad.
Por supuesto, también estamos muy lejos de un sistema moderno, cuando la corrupción sigue optando a puestos de gobierno, sea al nivel que sea. Aunque esta desgraciada situación es parte inseparable de lo dicho anteriormente. Dado que al insuflar ese odio y revanchismo a todos los niveles, antes se prefiere elegir a un presunto delincuente, imputado, o como se le quiera llamar ahora, que a otro, que aunque limpio, ya se le ha marcado con tal o cual San Benito. San Benitos que de nuevo nacen del mismo germen.

Y así está la política española, que por mucho que unos u otros pretendan dar otra imagen, continúa siendo un gallinero en el que gana el más marrullero, en ningún caso por que presente el mejor programa.

Muchos pensarán… de eso va la política, de quitar a unos y que se pongan otros,o lo que ya se ha convertido en un dicho: quitar a los que ya han robado mucho y que ahora lo hagan otros.
Otros dirán, que no, que ellos han votado a un programa muy concreto……. Si, posiblemente algún bicho raro habrá votado a un programa, nunca hay que generalizar, pero por desgracia la hipocresía mezclada con otros peligrosos condimentos, es el plato en el que se convierte el votante a la hora de meter la papeleta en el sobre.

Una vez metida la papeleta en el sobre ya no hay vuelta atrás, la débil democracia española ya ha recogido la opinión del ciudadano. No teniendo culpa esa democracia de los errores, porque de ellos siempre se aprende, parece que en esto que llamamos España todo va excesivamente despacio, seguramente no por que no haya prisa, sino porque se siguen arrastrando demasiados males y vicios, que nadie es capaz de dejar atrás no vaya a ser que por querer adelantarse se queden sin un puestín.

Eso sin contar que la democracia, aunque débil, duele mucho, porque el que pierde el poder no es capaz de asumirlo, y el que no llega tampoco. Siempre la culpa será de los demás.

Por desgracia los fanatismos no dejarán ver los errores de unos ni de otros, se seguirán tapando y continuaremos con la débil democracia, no porque esté en peligro de romperse, sino porque lo que se seguirá eligiendo será en base al revanchismo, el odio y sobre todo el miedo, nunca programas, políticas y futuro estable. Y de eso precisamente adolece la sociedad española, de no tener un futuro estable y cierto, porque a cada uno que entra, se dedica a dar la vuelta a lo del anterior.

Dejando atrás esos vicios que se continúan fomentando, nos volvemos a encontrar con el siguiente paso, los pactos. Parece ser que hay que pactar si o si para gobernar. Es decir, se pasa del “y tú más” al cambio de cromos y todos tan amiguines, eso si, siempre sin dejar aparte los vicios anteriores y que esos cromos no caigan en manos indeseadas.
Algunos llaman a esos pactos, estabilidad de gobierno ¿No será más bien hipoteca de gobierno? Porque los pactos ya se sabe en base a que se hacen, siempre en bajarse los pantalones con tal de conseguir el poder. Pero de eso se trata, de crear dos grupos, uno que gobierna y cobra por ello, y otro que no gobierna y también cobra por ello, algo no cuadra.

Si los ciudadanos votan a unos representantes, es para que entre todos gobiernen. Pero en un sistema viciado es imposible, porque al final se obedece a unas siglas, no a unas necesidades.

Y esto es así a día de hoy. Algunos que vienen nuevos por un lado, otros que dicen aportar experiencia por el otro, o lo que es lo mismo, todos, dicen que todo cambiará pronto.
Una frase que se ha repetido legislatura, tras legislatura. Si, hay que cambiar, pero no para ir contra nada, ni contra nadie, sino en favor de todo y por todos. Pero sobre todo para conseguir que ese cambio termine siendo el definitivo, no otro experimento que siga pesando como una losa en esta débil democracia.

En pocas palabras, para el que no lo haya entendido, el sistema apesta, y sigue apestando, lo han demostrado en la larguiiiisima pre-campaña, que tras los pactos volverá a reproducirse ante las elecciones generales. Es decir, se acabará con el cambio de cromos y volveremos al “y tú más”, lo de los programas será otra vez más mera propaganda, el voto volverá a tener como punto de decisión los mismos vicios que hasta ahora. Muchos lo negarán, pero la hipocresía es gratuita, al final las palabras y los actos demuestran que es así.

Ojalá llegue el día en que las campañas se llenen de programas y más programas, sin reproches, ni insultos, ni desprecios, ni odios, ni “y tu más”, ni “se lo que hiciste”, etc, etc... sino política y programas donde elegir y decidir. Aunque para eso antes hay que hacer demasiados deberes, y parece que como malos colegiales, lo que tenemos aquí, son vagos que una vez se acomodan se olvidan de muchas cosas hasta última hora que necesitan culpar al resto por lo que no han hecho antes.

Y no hay pregunta que hacer, porque la pregunta está en lo que sucederá de aquí al futuro, y como no creo en los adivinos, no espero respuesta a lo imposible de predecir.