jueves, 27 de octubre de 2011

Leonés, indignate


Los leoneses sabemos bien que son las crisis, ya que llevamos sufriendo una continuada desde hace más de tres décadas, que se agrava cada vez que hay que sumarle otras que las circunstancias contagian a la ya sufrida.

En estos últimos años, miles, o quizá millones, de ciudadanos se han atrevido a salir a exigir que no se recorten más sus derechos y que sean los que generan las crisis los que las paguen.
Ha llegado a tal situación el problema, que sectores supuestamente enfrentados se unen para pedir remedio. Una muestra palpable fue la manifestación multitudinaria que recorrió las calles de Ponferrada hace unos días. Manifestación en la que empresarios, sindicalistas, trabajadores y parados entre otros, se unieron para que la administración tomase nota del malestar popular ante la pasividad de los gobiernos afectados.

Quizá sea hasta ahora la manifestación mas unitaria que recorre las calles de alguna población leonesa, pero al final es otra de tantas en las que se piden soluciones ante la desesperación de los más débiles.
Normalmente los intereses de unos y otros llegan a manipular de tal forma las manifestaciones populares que el entendimiento se hace casi imposible. Pero a pesar de ello, siempre dejan una huella que obliga a los responsables tomar nota y mojarse en mayor o menor medida.

Manifestaciones, concentraciones, publicaciones, ruedas de prensa, declaraciones, todo ello con el objetivo de mostrar al mundo, y sobre todo a los responsables que organizaciones, movimientos sociales, ciudadanos de tal o cual país, nación, región o simple población, están hartos de una situación que está ahogando su futuro.

Volviendo al primer párrafo, a pesar de sufrir ese ahogamiento desde hace mas de tres décadas, de ver como las empresas se van a otros sitios, los ciudadanos se ven obligados a emigrar, los pueblos y ciudades cada vez ven envejecer y disminuir su población, todo ello clara muestra de una crisis profunda, mucho mas grave que la que puntualmente azota al mundo en general, las manifestaciones, las declaraciones, las concentraciones que unían a los leoneses ante estos agravios han quedado en el recuerdo.
No es ningún secreto la indignación de los leoneses, no es ningún secreto el rechazo de los leoneses al engendro que ha estado arruinando las tierras leonesas. Sin embargo ¿donde están los leoneses indignados con esta situación de crisis que ya dura demasiado?

Mientras ciudadanos de todo el mundo por una crisis puntual salen a la calle para exigir, los leoneses parece que hemos perdido la esperanza.
Y aunque los leoneses se unen a las manifestaciones o críticas contra la actual situación, lo suelen hacer, por regla general, sin que se noten que son leoneses.
Algunos dirán que los símbolos no son importantes, quizá sea cierto cuando se trata de mostrar la indignación para rechazar medidas globales que afectan a todo el mundo. Pero cuando además se suman tantos años de ruina, tantos años de desprecio hacia la sociedad leonesa, los símbolos se vuelven imprescindibles para demostrar quienes son los que siguen indignados desde hace mas de tres décadas y no solo durante una situación puntual.

Y son afrentas que no terminan, sino que se agravan, sin embargo la indignación sigue en casa o tras la barra de un bar, pero a la hora de salir a la calle solo hay silencio o incluso rechazo. Un rechazo generado por aquellos que se beneficia de la desgracia ajena y que a base de manipulaciones siguen engañando y mintiendo sobre el futuro leonés, eso sin contar lo que ya han mentido en el pasado.
Pero mas triste que ese rechazo basado en mentiras y manipulaciones, es que los propios leoneses se avergüencen de sus símbolos, de su identidad, de sus señas y hasta de su historia. Triste realidad que muestran hasta los representantes mas destacados, siendo casi imposible ver a dirigentes políticos, de todos los colores, incluso declarados leonesistas, con la bandera leonesa en la mano. No se sabe si la evitan por convencimiento, por estrategia política o simplemente por seguir ordenes de sus mayores, pero el caso es que son de los pocos políticos a lo largo de esto que llamamos España que se avergüenzan de ello, y lo peor es que los leoneses apoyamos esa vergüenza con los votos. Y no solo se apoya la vergüenza, sino también la continuidad del ahogamiento ante la pasividad de nuestros representantes que rechazan su derecho a ser leoneses y lo cambian por otro impuesto.


Mucho se habla de los modernos indignados, pero mas indignados deberíamos estar los que durante mas de tres décadas sufrimos una crisis continua.
¿O seguiremos callados, escondidos y avergonzados de nosotros mismos?

martes, 25 de octubre de 2011

El copago y los impuestos

Los empresarios y otras organizaciones vuelven a pedir el copago sanitario, además del de la educación.
Uno se pregunta ¿entonces para que sirven los impuestos que pagamos los españoles?
Ahhhh... calro, no había caído. Los impuestos los están usando para pagar las extorsiones que las empresas y bancos hacen al estado y las administraciones autonómicas. Con la excusa de la crisis, el sector privado exige que als arcas públicas sirvan para salvar sus excesos con la amenaza de cierres o despedir más trabajadores.
Y por eso es necesario que los ciudadanos que pagamos impuestos toda nuestra vida, paguemos más aún para poder "financiar" los "rescates" al sector privado y la banca. Aunque los empresarios, tan bondadosos ellos, para evitar tanto "copago" tienen otra solución, compartida por la derecha, que es la privatización, así el copago será menor y directamente se pagaran tales servicios sin necesidad de hacerlo con impuestos.


Esta estafa a los ciudadanos que ven como sus impuestos son malgastados por empresarios que reciben primas millonarias, ya sea por sanear empresas a base de más despidos, por cerrar plantas que fueron financiadas con dinero público, o simplemente por seguir extorsionando y recibiendo más subvenciones públicas, es otra de las genialidades de la CEOE y sus acólitos.
Porque la extorsión está clara. Si no reciben dinero cierran plantas y despiden a miles de trabajadores; si no reciben dinero no realizan contrataciones; si no reciben dinero necesitan llevar a cabo expedientes de regulación de empleo; si no reciben dinero no harán planes de formación para mejorar la productividad de sus trabajadores; etc, etc, etc... Eso si, todo ese dinero se ha de recortar de los servicios públicos y nunca de las millonarias primas de ciertos empresarios, de las ganancias exageradas de algunas empresas; eso sin hablar que muchas de esas empresas ni tributan en España ni pretenden devolver ni un céntimo de lo que el estado les deja.

Genialidades que se suman a la exigencia del recorte de festivos o desaparición de los "puentes". Según los empresarios necesitan estas medidas para fomentar la productividad. Vamos, que los tres o cuatro puentes, si se llega a tantos durante el año, es parte de la culpa de que las empresas no produzcan, siete u ocho días al año que algunos trabajadores, no todos, pueden disfrutar unos días de reposo son el caos para el sector empresarial. Es decir, la inutilidad demostrada de los empresarios que solo saben vivir a costa de subvenciones, la han de pagar los trabajadores que solo esperan esos días libres para descansar o disfrutarlos a su gusto.

Por supuesto, en época electoral nadie va a apoyar estas medidas antipopulares, aunque algunos a nivel autonómico ya haya hecho algún guiño a los empresarios para sacarlas adelante.

Vuelo a preguntar ¿Para que sirven nuestros impuestos? ¿Van a revertir en el sector público las subvenciones destinadas al privado?
¿Tan mal va el sector privado que siete días al año son capaces de hundir la productividad?

¿No va siendo hora de que el sector privado deje de recibir dinero público y ese dinero sea invertido íntegramente en los servicios necesarios para sostener lo que tantos años a costado conseguir al pueblo?
¿Hasta donde se va a permitir llegar al sector privado?

Algunos dudan entre pagar más impuestos o llegar a esos copagos, nadie se atreve a acabar con las subvenciones a las grandes multinacionales y bancos. Está claro que los empresarios tiene agarrados a la mayoría de los políticos por donde mas duele y estos no se atreven a quitarles sus prebendas. Y lo más triste es que los ciudadanos, lejos de darse cuenta de ello y pedir la independencia que exige el cargo político, siguen cegados ante el espectáculo mediático, ante las mentiras y engaños, y volverán a dejar en manos privadas el futuro de los servicios públicos.

viernes, 21 de octubre de 2011

El fin de ETA

Tras el anuncio del fin de la violencia por parte del grupo terrorista ETA se abre una nueva era en el País Vasco en particular y en toda España en general.
Por fin la paz llega al País Vasco, y las pistolas y el miedo dan paso al dialogo y la esperanza.
Más de 40 años de terror, de miedo, de extorsiones, dan paso a una época que necesitará otra transición que lleve a la normalidad la convivencia entre los que no condenaron y los que sufrieron. Un tiempo que será duro para unos, pero necesario para conseguir que la lucha contra el terror haya servido para algo más que encerrar a los asesinos.

Por desgracia, no ha hecho falta ni un día, para que este anuncio tan esperado ya sea usado con fines partidistas por los más radicales de la ultraderecha. Da la sensación que este anuncio esperanzador no haya sentado bien entre los ultraconservadores. Con ciertos comentarios por parte de algunos tertulianos y políticos del ala más extrema de la derecha da la sensación que preferían más actos violentos en vez de lo anunciado por parte de ETA. Algunos discursos parecen indicar que la paz no es más que una estratagema de la izquierda, mientras que el terror es el paso para encumbrar a la derecha. Triste panorama que cualquier demócrata debiera lanzarse a desmentir, sea del color que sea, y debiera exigir que estos agoreros, estos manipuladores, dejasen de escupir odio en un momento tan importante como el vivido ayer.


¿Tanto necesitan a ETA para conseguir ese poder?
¿Tanto duele que sea bajo un gobierno socialista que se anuncie el cese de la violencia? Quizá estos cegados por el odio no se han dado cuenta que el fin de ETA es fruto de TODOS los demócratas, sin distinción de color ni de ideología. A lo mejor la pregunta es si estos manipuladores son o no demócratas.


Alguno podrá decir que los comunicados de ETA son poco fiables, no le quito la razón, pero lo vividos estos días, los movimientos incluso por parte de organismos internacionales, deja ver que esta vez hay algo que lo distancia de anuncios anteriores. Y como tal, aunque con la prudencia y delicadeza del momento, NUNCA debería de ser usado con esa ligereza por parte de esos radicales de ultraderecha que les importa más el poder que la paz.


En fin, bienvenida sea la noticia, y enhorabuena a todos los demócratas que han luchado por conseguir que el terror salga derrotado.
Por supuesto, nunca olvidar a las victimas que han caído durante estos años de terror, que son ellos los verdaderos héroes que siempre han de quedar en la memoria, muy por encima de cualquier anuncio y de cualquier manipulación.

viernes, 7 de octubre de 2011

A vueltas con la recapitalización de la banca

De nuevo se vuelve a hablar de recapitalizar varias entidades bancarias para evitar un mal mayor. Es decir, dar nuestro dinero a los bancos para evitar sus quiebras.
Un dinero que no volverá a manos públicas, como ya se ha visto con los anteriores "rescates" a la banca. Un dinero que sale de las medidas anticrisis que se aplica al sector público, que ve recortado todas las prestaciones que los ciudadanos pagan con sus impuestos.

Europa exige recortes en el sector público con la amenaza de cortar el grifo al que no lo haga, sin embargo no pone cortapisas a la hora de soltar millones de euros para que los bancos sigan con su negocio.
Los ciudadanos han de sufrir y apretarse el cinturón por tantos recortes, mientras los bancos se frotan las manos esperando que llenen sus arcas. Pero lejos de beneficiar tal recapitalización a los usuarios, los bancos siguen gravando con más comisiones cualquier operación ¿Como explica Europa a los griegos, italianos o españoles entre otros, que se va a dejar más dinero a los bancos, pero para ello necesita que se sigan recortando sueldos, puestos de trabajo y servicios públicos? ¿Como se explica que bancos que tienen millones de euros de beneficios necesiten más dinero,  sin embargo se le niegue una simple ayuda al ciudadano que necesita simplemente para poder vivir dignamente?

Desde España llega la idea que para salvar las entidades se use un fondo financiero para costear las perdidas sin repercusión para los clientes. En principio la idea es buena, pero los ciudadanos ya no nos chupamos el dedo y sabemos que todo esto no se paga con el dinero que manejan los bancos y cajas, al final a base de más comisiones, de más exigencias u otros sistemas, será el ciudadano de a pié el que pague el pato.

Esos bancos que engañaron a millones de ciudadanos, siguen pretendiendo ser las victimas de sus mentiras. Esos bancos que después de recibir ayudas de los gobiernos, sin pretensión de devolución, siguen sin abrir el grifo de los créditos y con ello arruinando a miles de familias. Esos bancos que lloran con lágrimas de la sangre de los miles de desahuciados por sus engaños, son los que siguen ahogando las economías de los países, y gracias a ello se atreven a extorsionarlos sin que nadie les pare los pies, quizá porque los gobernantes están también en el ajo.
El problema es que el ciudadano no sabe que hacer para evitar esa complicidad, ya que no diferencia colores. Derecha e izquierda está manchada con la ponzoña del juego bancario, los grandes partidos europeos, que en otros asuntos no se ponen de acuerdo ni para comer, cuando se habla de la banca van todos de la mano, y España no es ninguna excepción. Pero se nos quiere vender como que pretenden salvar la economía y con ello los países ¡MENTIRA! Cuando miles de ciudadanos ya no tienen ni para comer, ni para pagar un techo, ni siquiera para abrigarse de mala manera de las inclemencias del tiempo, no se está ayudando a ningún país. Porque un país no lo hacen bancos o empresas, sino los ciudadanos, y cuando los ciudadanos sufren, todo el país debiera de sufrir, pero parece que algunos siguen ciegos y solo miran hacia arriba cuando es abajo donde están los verdaderos necesitados.

Por desgracia, esos necesitados son los que engañados volverán a confiar en los que les están vendiendo a los bancos, porque las buenas palabras, los grandes discursos, aunque llenos de mentiras, nos siguen pareciendo la gran esperanza para cambiar las tornas ¡MÁS MENTIRAS!