35 años de engendro autonómico, nada que celebrar.

En las Cortes autonómicas de los que hace 35 años nació como la unión de León y Castilla se celebran fastos por este aniversario. Sin embargo, tanto el nacimiento, como los años vividos no dejan lugar a ninguna celebración.

No se puede celebrar nada cuando las amenazas, mentiras y manipulaciones estuvieron presentes en las negociaciones para crear la actual comunidad autónoma. Aunque los medios oficiales y los serviles, no se han atrevido nunca a denunciar tales esperpentos, por los leoneses es sabido que representantes en Ayuntamientos y otros estamentos leoneses, fueron amenazados, en muchos grados, para cambiar su postura respecto a la unión de León con Castilla. También es conocido, que se manipuló documentación, para ocultar la realidad en ese momento.

Después de estas amenazas y manipulaciones, amén de otras tropelias, con la ayuda de muchos traidores, se firma la constitución de un engendro autonómico que el pueblo leonés rechaza mayoritariamente con manifestaciones jamás vistas hasta el momento.

Así que tenemos que los 35 años se cumplen a raíz de amenazas y manipulaciones, NADA QUE CELEBRAR.

Pero la historia sigue, y una vez unidas León y Castilla administrativamente, que no identitaria ni emocionalmente, los agravios no terminan. Muestra clara es como las provincias leonesas, colocadas antes de la creación de la autonomía en la media nacional en las tablas socio-económicas, caen en picado a los últimos puestos, que se podría entender si una crisis general hiciese que todas y cada una de las provincias de la nueva autonomía siguiesen la misma lista. Pero no es así, encabezado por Valladolid, que antes de las autonomías estaba ligeramente por detrás de León, acaba siendo la séptima provincia a nivel estatal. Y otras provincias castellanas tampoco sufren la estrepitosa caída leonesa.

Tenemos que la supuesta equidad que se debería de dar en todo el territorio autonómico, se rompe desde el minuto uno, NADA QUE CELEBRAR.

Y seguimos, porque llega la hora del adoctrinamiento. Un punto importante para el gobierno autonómico, porque sabe que el sentimiento de pertenencia al nuevo ente ni cala entre los ciudadanos del mismo, y mucho menos entre los que al oeste vieron como las amenazas obligaron a la fuerza a formar parte de este engendro autonómico. Se aportan millonarias cuantías para fomentar ese sentimiento de pertenencia, vía Fundación Villalar o la Fundación Siglo, entre otros, que se dedican a reescribir la historia, ocultar los rasgos culturales molestos para la causa, e incluso despreciar el propio patrimonio cultural o industrial de los territorios o comarcas díscolas.

Así la riqueza cultural e histórica se oculta y desprecia para que las futuras generaciones no sepan ni de donde vienen ni quienes son, solo sirve ser "castellanoleonés", y quizá lo de leonés solo por imperativo legal,  NADA QUE CELEBRAR.

Aunque se podrían seguir con muchos más agravios y mentiras, la más sangrante, ante la ya mencionada falta de equidad, es la preferencia de la Junta autonómica por la masa industrial y empresarial castellana. No es difícil ver como ante cualquier problema o riego de desmontaje y despidos masivos en empresas leonesas, pasa de largo y no hay pronunciamiento oficial, ni ayuda de ningún tipo por los organismos autonómicos, mientras si se trata de una castellana, enseguida se lanzar a la defensa a ultranza de la misma. A todo esto se suman nuevas amenazas o chantajes, ya no solo a todo tipo de empresas ante cualquier posibilidad de instalarse fuera de los ejes castellanos, sino además a las que ya están instaladas o quieren algún tipo de beneficio, son obligadas a sumarse a sellos artificiales para conseguir tales prebendas, sino son despreciadas y apartadas de cualquier tipo de ayuda, ¡Ah! pero no todas sufren esas amenazas y extorsiones, la gran mayoría son leonesas, y así se puede ver como bajo sellos artificiales, hay muchas mas empresas leonesas, con solo tres provincias, que castellanas, con seis provincias.

De nuevo la falta de equidad, las amenazas y los chantajes, son los 35 años de historia, NADA QUE CELEBRAR.

Ya no hablar de los recortes en servicios, la despoblación, la distinta vara de medir en el aprovechamiento de recursos, el ya mencionado adoctrinamiento en la educación, NADA QUE CELEBRAR.

Claro, desde los organismos autonómicos dicen que hemos mejorado mucho, si contamos la media autonómica, por supuesto, si contamos que se salía de una época muy negra, por supuesto. Pero resulta que estamos hablando de un territorio mas grande que Portugal, y no se puede tratar de equiparar todo el territorio con la media, cuando su extensión en tan grande; de nuevo vuelve la manipulación.

Para terminar, podríamos estar de celebración, nadie lo niega, si a lo largo de estos 35 años se hubiesen corregido los errores, se hubiese pedido perdón a los amenazados, que para algunos ya nunca llegará, si se dejase de despilfarrar en el adoctrinamiento, y se invirtiese de verdad en una educación de calidad y sin manipulaciones, si se acabasen los lobbies territoriales que solo buscan el beneficios de ciertos polígonos industriales y tecnológicos, si se acabasen los chantajes y amenazas a empresas e industrias permitiendo que poblasen sin trabas cualquier comarca autonómica, si... y mucho síes más; se podría celebrar si el principio no hubiese sido la amenaza y la mentira, si el trascurso no siguiese siendo la manipulación, y si la actualidad no fuese la falta de equidad.

¿Se puede celebrar que la actual autonomía nace de las amenazas y manipulaciones? ¿Se puede celebrar que algo más de un tercio del territorio autonómico ha pasado a la cola de España? ¿Se puede celebrar que en una democracia moderna aún sigan los intentos de adoctrinamiento? ¿Se puede celebrar que el chantaje, cual mafia cualquiera, sea la forma habitual para implantar empresas o negocios en uno u otro sitio? ¿Se puede celebrar 35 años en los que distintas velocidades, incluso algunas marcha atrás, conviven en lo que se supone debería de ser único y equitativo?

Mientras no se corrijan los errores, empezando por el principio, NADA QUE CELEBRAR.