miércoles, 28 de agosto de 2013

No a la guerra, otra vez

Hace años, millones de ciudadanos salieron a la calle en protesta ante la guerra de Irak.

Una guerra que se urdió con mentiras y manipulación, solo para beneficiar a las grandes potencias mundiales y desestabilizar la economía de la zona, y de paso la del resto del mundo.

Ahora, como antes, las mismas excusas, las mismas manipulaciones, están sirviendo para servir en bandeja una nueva guerra.

Antes fueron las inexistentes armas de destrucción masiva, ahora son unas sospechas sobre el uso de armas químicas. Sospechas, que como entonces se han dedicado a lanzar como ciertas buena parte de los medios de manipulación (algunos los siguen  llamando medios de comunicación) para que la opinión popular vuelva a apoyar otra guerra más. Sospechas que como antes no demuestran nada, y que como antes se basan en suposiciones y manipulaciones interesadas. Sospechas que como antes sirven para disparar primero y luego ya veremos que excusa se pone y a quien se lincha. 
 
Mientras tanto, las consecuencias, igual que antes, ya se están notando. La economía vuelve a convulsionarse, el precio de petróleo y otras materias primas comienzan a inflarse, las grandes multinacionales empiezan a hacer sus números, y por supuesto la gran industria armamentística se frota las manos.
 
No, no justifico lo que está sucediendo en Siria, es un drama cómo cualquier guerra y debería de ser atajado de inmediato. Eso no quita que la intervención de los de siempre vuelva a venderse como la salvación del mundo, cuando está más que demostrado que solo buscan el negocio con el sufrimiento ajeno. Les importa un rábano si hay armas de destrucción masiva o químicas, solo buscan sacar tajada y que las grandes multinacionales que puedan explotar los yacimientos u otro tipo de negocio en la zona, se tiren cómo perros rabiosos sobre la presa más golosas antes de que se la lleven otros.
 
Por eso ahora, igual que antes, cuando se siguen usando los mismos métodos, las mismas excusas, las mismas mentiras, el NO A LA GUERRA ha de seguir tan vivo como antes. Ninguna guerra es justificable y menos las que se urden como negocio para unos pocos. Si no hemos aprendido la lección con el pasado reciente, no es justificación para que más gente muera por nuestra ignorancia.
 

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